viernes, 15 de noviembre de 2013

Remis en fuga

Por Federico Pujol

Víctor Morel es remisero y el miércoles 5 de noviembre tuvo la peor mañana de su vida. Fue obligado a llevar a dos detenidos que se fugaban del penal de Olmos y a su cómplice hasta Florencio Varela.



Víctor es un hombre de estatura media baja y poco pelo recubre su cabeza. No quiere que su cara sea vista, tiene miedo. La mañana del 5 de noviembre no la pasó bien: tuvo que manejar hasta Florencio Varela desde Olmos para ayudar a escapar a Hugo Darío Olmos Echaniz y a Pablo Llorente Ferreyra, ambos detenidos en el penal que  queda solamente a 100 metros de su lugar de trabajo. 


El trayecto hasta Varela lo hizo en 50 minutos, minutos que fueron eternos para él. Sólo deseaba dejarlos, volver a La Plata y sentirse seguro. Pero algo mágico pasó esa mañana, el destino quiso que su vida continúe. "Te íbamos a matar, pero como nos llevaste bien hasta acá, te dejamos ir", dijo uno de los prófugos a llegar a destino. El alma le volvió al cuerpo, su respiración se agitó y tuvo la sensación que el asiento del auto se hacía más grande.

Se fue sin cobrar el viaje, con el torrente sanguíneo invadido por la adrenalina de volver a vivir sin haber muerto.


Regresó a La Plata a toda velocidad. Este hombre de talla pequeña y poco cabello voló sobre la ruta hasta llegar a la remisería donde trabaja. Asustado, fue a hacer la denuncia.

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