Por Federico Pujol
Mercedes Nieto trabaja en la Secretaria
de Derechos Humanos de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La
Plata. Es una de las encargadas de garantizar que las personas privadas de su
libertad puedan cursar una carrera de grado sin ser estigmatizados.
-¿Cuándo comenzaron
los presos a estudiar en la Facultad de Periodismo?
-En el 2007 abrió la inscripción para los privados de la
libertad y como cualquier estudiante, para anotarse, tienen que traer fotocopia
del documento y título del secundario.
-¿Cómo
es la modalidad de cursada?
-Hay dos modalidades: la primera les permite rendir
materias libres los sábados. El ciclo común básico te permite 8 meterías de
esta manera. La mayoría de los que están en las Unidades Penitenciarias de la
Provincia, como San Nicolás, Dolores y Florencio Varela, se anotan y empiezan
la carrera de esa manera. La otra opción es que se anoten a cursar acá como
cualquier estudiante, pero es la más difícil: para que un estudiante detenido
acceda a las cursadas tiene que tener un aval judicial que le permita salir con
custodia para ser trasladado. De esta manera no viene nadie a cursar porque el
sistema del Servicio Penitenciario es bastante deficiente.
-¿Y para los que
están detenidos en La Plata?
-Cuentan con traslados y en el caso de la Unidad N° 9,
los detenidos cursan la carrera de Periodismo en la cárcel. Los docentes van una vez por semana y así
cursan las materias. Esto empezó en 2009 y muchos de esos estudiantes ya están
estudiando acá el ciclo superior del profesorado.
-¿Cuántos
estudiantes que están privados de la libertad tiene hoy la facultad?
-Ahora tenemos tres estudiantes que vienen trasladados
por el Servicio Penitenciario, es un record: nunca tuvimos tantos. Otros tres
tienen un régimen de pre-libertad y ya vienen por sus propios medios.
-¿Cómo
organizan los horarios para que puedan ser trasladados?
-Ellos vienen 2 o 3 veces por semana, se organizan para
que los puedan trasladar. Casi todos cursan a la tarde para contar con móviles
que puedan traerlos y los que cursan en la Unidad N° 9 cursan 3 veces por semana. El cronograma de cursada lo armamos entre
nosotros y la gente de escuela del Servicio Penitenciario. También nos pusimos
de acuerdo con la Facultad de Derecho, porque muchos cursan las dos carreras,
de esta manera intentamos que no se superpongan los horarios.
-Los
penitenciarios que van con ellos ¿entran a las aulas?
-No.
-¿Quién
y cómo se toman las medidas correspondientes de seguridad?
-Cuando el juez autoriza la salida dice que las medidas de
seguridad corren por cuenta del Servicio Penitenciario. Ellos tienen un
reglamento que dice que tienen que venir con 3 custodias, pero tienen que estar
a una determinada distancia. Lo que se logró después de muchas charlas entre
las instituciones es que los penitenciarios vengan de civil y se queden en la
puerta. Por lo general los que vienen son gente de escuela y ya están
acostumbrados al sistema. Una
característica importante es que acá cursan estudiantes de máxima seguridad,
cosa que no pasa en ningún otro lado, personas que tienen condenas de 20 años.
Es raro que se autorice a personas con regímenes de detención tan largos a
cursar, porque un tipo que tiene 5 años de condena ¿para qué se va a fugar? Pero,
¿uno que tiene 20 años? Por acá te podes escapar para donde quieras.
-¿Hubo
algún intento de fuga?
-No. Una sola vez hubo un problema en clase y fue porque
el penitenciario quiso entrar. Lo tuvimos que sacar, pero nunca pasó nada grave.
Los estudiantes tienen sus propios códigos y sus propias reglas, saben que si
uno se escapa perjudica al resto y son muy conscientes de eso. Para ellos el
espacio de la escuela es sagrado, nunca le van a faltar el respeto a los
docentes, porque siempre los atienden.
-¿En
qué consiste el programa “Educación Superior en cárceles”?
-Este programa se propuso a través de Consejo Superior y
la idea es intentar generar diferentes tipos de proyectos. Presentar un
ordenamiento de como tendrían que venir los penitenciarios: de civil y sin
armas. Correr al estudiante de cualquier tipo de estigmatización. Pero es todo parte
de una negociación, porque en la Facultad de Derecho, por ejemplo, se presentó
un ordenamiento parecido y se les vaciaron las aulas porque el Servicio Penitenciario
dijo que no se iba a arriesgar a que un estudiante se les escape. Entonces
durante el año fueron 2 o 3.
-¿Hay
algún alumno que haya comenzado su carrera detenido y que hoy esté en libertad?
-Sí, hay un alumno que está en libertad y participa de
esta Secretaría y tiene un programa de radio. Desde la facultad tratamos de
generarles algún tipo de vínculo para que, cuando salgan en libertad, la vida
nos les pase por arriba.
-¿Desde
la facultad se piensa en algún proyecto para poder aumentar la cantidad de
alumnos privados de su libertad que no pueden ejercer el derecho a estudiar?
-Se está pensando en la extensión universitaria. Ahí la
facultad va a poder tener 50 personas cursando con el acompañamiento docente y
avanzando en la carrera. Ahora que se anotan entre 20 y 25 de los cuales sólo 2
o 3 pueden venir. De esta manera buscamos poder garantizarles la participación
en la vida académica.
-¿Desde
la facultad se impulsa algún proyecto para que puedan tener una reinserción
laboral exitosa?
-La facultad no usa mucho a ese concepto porque es el
concepto del Servicio Penitenciario, educación y trabajo para la reinserción
social; nosotros nos corremos de ese lugar y lo entendemos más como una
garantía de derechos. Vamos a las cárceles para garantizarles a las personas el
derecho a la educación y entendemos
desde otro lugar la reinserción laboral y ahí queda un bache.
-¿Pero
ese bache la facultad intenta llenarlo con algo?
-Sí, ahora estamos empezando un proyecto con el tema de
la salida laboral incluyéndolos en determinados proyectos de extensión. Sobre
todo para que los estudiantes que cursan el profesorado y cuenten con el
porcentaje puedan dar clases en las cárceles, porque pensando en la sociedad de
hoy, no vemos muy viable que un detenido vaya a dar clases a un secundario: la
parte más reaccionaria de la sociedad va a saltar. En cambio en las escuelas de
las unidades puede funcionar. La intención es que con las materias que pueden
dar ya empiecen a trabajar a partir del año que viene. Empezamos las
negociaciones con el Servicio Penitenciario y el Ministerio de Justicia para
poder ganar este espacio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario