Por
Gisele Ferreyra
Es
oficial penitenciario y trabaja hace dos años en una Unidad ubicada en La Plata.
Se define como un “loquito” y buena persona. Aprendió a relacionarse con los
internos del penal y conoce mucho sobre la realidad carcelaria: superpoblación,
negocios, droga y alcohol. Afirma que no se cumple la función de tratamiento
con los presos. Pidió no dar a conocer su identidad.
El joven oficial es robusto y de gran estatura. Llega a su casa agobiado luego del día de visitas en la Unidad dónde trabaja. Como todos los sábados termina sobrecargado de tareas. En la casa que está construyendo lo espera su familia: una mujer y una hija de un año. Sus grandes manos levantan al cachorro que intenta escaparse. Cree que hace falta domesticarlo, pero no tiene tiempo para hacerlo. Pasa dos días enteros vigilando presos en el penal y uno en su sofá leyendo el diario o mirando televisión para distraerse y poder olvidar, aunque sea por un momento, aquella realidad carcelaria.
-¿Cómo es la realidad en la Unidad?
-Ahí adentro ellos son presos. No se hacen llamar internos. Ellos mismos se llaman presos. A mí me parecía medio chocante decirles así. De vez en cuando son un número. Tengo que pasar una lista de 1500 y tienen que estar todos. Los tengo que ordenar, cada uno en su pabellón, cada uno en su celda. A ellos les choca la rutina de pasar lista, entonces renegás. Pero es necesario, los tengo que contar todos los días, a diferentes horarios. Hay presos que viven solos en una celda, si le pasa algo nadie se entera. Entonces pasamos a la 1 de la mañana, a las 4, todo el tiempo. Las cárceles están superpobladas, entonces vive más de uno en las celdas.
-¿Ellos pueden salir cuando quieren de sus celdas?
-Sí, pero quedan dentro del pabellón. En el pabellón viven 100 más o menos en aproximadamente 40 celdas.
-¿Qué diferencia hay entre “vigilante” y oficial?
-Yo soy oficial, el “vigilante” es mi subordinado. Hay pocos vigilantes, hay pocos de los dos. La función de tratamiento la puedo cumplir yo con el chabón que labura conmigo todos los días. Por ejemplo, yo estaba a cargo del pabellón de separación del área de convivencia, se llaman “buzones”, antes eran los “calabozos”. ¡No sabés lo que es eso! Son 21 celdas, 10 y 11 de cada lado. Y los chabones no salen para nada. Los saco al patio nada más. Ese pabellón me cuesta mucho. Necesito a alguien que labure ahí y selecciono a un chaboncito de mi confianza. Con ese chabón si por ahí puedo aplicar el tratamiento. Uno de 1500. Una relación fuerte, fuerte no se alcanza a establecer nunca. No pasa que el chabón salga en libertad y diga: mirá lo que me enseñó el oficial, no lo hago más. No se puede. Existe una rivalidad desde el momento que ellos se hacen la cabeza con que somos la policía que los llevó. Ahí cagaste, ya no te podés acercar. Siempre va a haber una mala mirada. Tengo que estar un paso adelante. Yo nunca puedo estar bien con el chabón, tengo que poner cara de ojete.
-¿Qué delitos predominan en la Unidad?
-La cárcel moderna está llena de chorrines. Toman como una identidad, un orgullo, son delincuentes. Por ahí te dicen: oficial, ¿me puede averiguar por mis informes de conducta? Porque yo quiero salir a robar de nuevo. El que salió de robarse un banco por ejemplo, no te va a ir a laburar de canchero. Es como que entran ellos en un juego de valores. El 90% es adicto. Entonces la recuperación va por parte de los psiquiatras primero, porque el chabón se tiene que desintoxicar.
-¿Cuál es tu opinión sobre la gestión de la Jefa del Servicio Penitenciario Bonaerense?
-No hay presencia de autoridades. No la conozco a la mina, no la vi ni por foto. No creo que sepa mucho porque no conoce esta realidad. Para ocupar ese cargo tiene que haber laburado, tiene que haber hecho una carrera adentro para saber lo que es y tomar decisiones sobre esto. La mina es una Fiscal, porque está intervenido el Servicio. Está intervenido desde el 2000 por las violaciones a los derechos humanos que hubo. Desde ese momento todos los Jefes del Servicio Penitenciario son civiles, fiscales. Yo digo que no sirve. Si se quiere controlar que sean de los dos. Tiene que haber un chabón que sepa la realidad porque la mina no conoce la cárcel. Por lo menos acá no vino nunca. No puede opinar de un preso de acá. No puede opinar de nada. La chabona debe saber administrar gente, pero no es suficiente. Al anterior lo conocí, él iba mucho a la escuela a caretearla. Como el Gobernador. También era civil.
-Se acercan las fiestas ¿cómo se viven dentro de la Unidad?
-Es lo mismo, estamos en cana. Yo pasé fiestas adentro. Es un bajón, ves los fuegos artificiales atrás de los muros. Te querés matar. Se junta todo el personal a la hora de comer y por ahí se hacen asados. Mucho escabio, entra alcohol a pleno. Compramos, lo dejamos en un auto y después entra. Igual entra en todas las guardias, porque hay todo tipo de adicciones. Birra tomamos en todas las guardias. Y acá no es nada, yo conozco compañeros que vienen de cárceles de Varela y es “carcelandia”. Esto lo que te cuento acá es poco. Imaginate un encargado de pabellón todo el día drogado y borracho. En todos lados hay de eso. Se emborrachan y se drogan porque el chabón está recontra recargado, no puede hacer la función que tiene que hacer.
Personal y población penitenciarios
-¿Cómo es la relación de ustedes con ellos?
-En ocasiones es buena, en otras no. Vos como oficial, si sabés que vas a ir a un choque o a llevarle una mala noticia al chabón, lo tenés que meter a su celda y cerrarla. Yo soy medio loquito, tengo un articule que me ayuda, la forma de hablar o haber andado por ahí. Tengo pegadas muchas palabras, que ya están en la calle. Con algunos chabones te tenés que comunicar así. Para que te entienda y poder solucionar un conflicto.
-¿A qué te referís con mala noticia?
-Cosas que pasan afuera. Por ejemplo, cuando la visita no puede pasar porque se olvidó el documento o cuando viene un menor sin la madre. Entonces nosotros tenemos que hacerle entender al chabón por qué no tuvo visitas. Te dicen: a nosotros no nos sacaron, sácame. Pero no lo podemos sacar, su visita no está en la Unidad. Ese choque ya sé que lo voy a tener. Entonces trato de que no vaya personal que haya discutido con él, no llevo un chabón que sea explosivo, porque hay que hablar con él, chamuyarlo. Yo tengo que lograr que el chabón crea en mi palabra y me tenga confianza. Después entonces me piden una mano para arreglar algún bondi. Algunos entienden, otros no entienden nada.
-¿Y con ese que no entiende nada, qué hacés?
-Lo que salga en el momento. Te puedo decir que voy con dos vigilantes que llevan escopetas, escudos, gas pimienta y al chabón no le va a pasar nada. No. Porque no sé con qué me va a salir. Capaz que me saca un fierro así de grande y yo me tengo que correr, ¡que se arranquen a los tiros! El preso termina todo lastimado. Pero vos tenés que usar la mínima fuerza indispensable. A veces sale bien, si somos dos o tres el chabón se va a meter adentro. Pero por ahí no y bueno, va a terminar mal.
-Entonces, se necesita más personal.
-Olvidate. El personal es poco. Tendría que ser el doble de lo que hay.
-¿Cuántos son?
-Nosotros somos 15 personas y la población es de 1500 presos. Terminas hecho mierda de caminar. Pero los terminás conociendo una banda. Además conozco a un montón de presos de otros lados.
-¿Los conocés de afuera?
-Sí, de acá del barrio. Me he visto con un par afuera. Entraron por choreo. Predomina el robo pero hay de todo.
-¿Cómo logran controlar a la población con tan poco personal?
-Con los “limpieza de pabellón” que son los presos de confianza, entrecomillas. Los elige el Jefe de Penal para que controle ese pabellón y le cuente todo. Entonces, esos chabones tienen todo. Los más piolas controlan el pabellón. Se controlan entre ellos. Los chabones saben que tienen el poder. Si yo le hago la guerra al chabón, me tira el pabellón en contra. Ellos se autocontrolan. El “limpieza” tiene celular para avisar al Jefe del Penal cuando se arma bondi. Ahí está la habilidad del Jefe del Penal o los Directores de encontrar el equilibrio para que no se pudra todo. Por ahí los negocios son necesarios. He escuchado de negocios con el Juez para que los informes de conducta salgan piola, pero no vi nada.
-¿Qué harías si un día se quiere armar un motín?
-Nos vemos en el corso (N del R: se desentiende de la situación). Nosotros ni salimos. Muy malo no fui, así que no me va a pasar nada. Y si quieren se van a la mierda. Si es un pabellón, arrancás a los tiros. Pero después cada tiro lo tenés que justificar.
Consumo de drogas
-¿Hay mucha droga dentro de la Unidad?
-Muchísima y mucho celular. Algunos presos tienen más fichas porque van al colegio o van a trabajar. Por ejemplo, hay chabones que están por violaciones u homicidios de la jermu que lo cagó. Es decir, chabones normales que hicieron algo mal y fue, pero sabe trabajar porque lo hizo en la calle. En cambio, los pibes chorros no trabajan ni estudian, solamente droga y celular y si van afuera es porque el chabón necesita levantar la conducta y que los informes de la unidad le salgan bien.
-¿Qué tipos de droga hay?
-De todo. Mucha pastilla. Está la Sanidad del penal, un hospital grande que atiende primeras urgencias y sino el chabón te deriva. Hay personas que son personajes. Por ejemplo, el “viejo Junco”. Junco Acevedo es el apellido. Y el chabón tiene 36 años y está en cana desde hace 22. Tiene HIV. Tomaba cocaína en la calle. Va todos los días a Sanidad con la intención de ver si se va para atrás la enfermedad. Y ahí están todas las pastillas a pleno, y las consigue como puede. Hay presos internados en Sanidad que pueden llegar a tener pastillas y se las venden o se las cambian por otra cosa. Puede que el enfermero sea corrupto, tenga un par de pastillas y se las venda. Por eso todos quieren salir. Las consiguen de muchas formas.
Fuga de presos
-¿Qué me podés decir acerca de la fuga de los presos del penal?
-Se quiso escapar uno. Como hay talleres, hay fierros y sierras por todos lados. Cualquier herramienta se
puede conseguir. El chabón rompió los barrotes de la ventana de la celda y salió por el techo. Desde el techo tenés que tirar una soga que se arma con 4 o 5 sábanas enrolladas y trenzadas con un gancho para que se enganche en el muro y saltar. Es la única que te queda, por arriba del muro. Este chabón falló en el intento, porque el muro tiene un alambre que es para que se caiga cuando tiran un gancho de este estilo. Y no te podés trepar, no te podés agarrar del cemento. Si lo hacen todos a la vez se van todos.
-¿Y qué pasó con el que se quiso escapar?
-Y, eso de los golpes en parte es verdad y en parte no. Se hace si bardea con un compañero mío. Puede que lastimen a mi compañero cuando entra. ¡No, así no va, eso no va! Pero es por la calentura misma del momento, nada más. Y en ese caso tenés que ser pillo, porque si vos estás a cargo del chabón, lo tenés que separar en una leonera por ejemplo.
-¿Qué es una leonera?
-Es una reja que tenemos separada para que nadie lo toque. Lo tenemos observado. Porque si pasó algo en el pabellón va a venir factura del Servicio, van a venir del Gobierno, van a venir de todos lados. No me moriría tampoco por cagarlo a palos, si el chabón se quiso escapar. Además si vos buscas tu libertad, no se te agrava la pena, nada. Vos tenés el derecho de irte.
-¿Se fue alguno de acá?
-Me han contado que se fueron por arriba del techo. Desde que estoy yo se escapó uno. Los mismos presos al toque que se fue fueron a soplar la bolsa, empezaron a buchonear. Nosotros sino ¿sabés lo que tardaríamos en saber quién carajo es el que se fue? Se lo llevó un empleado que entró el auto a arreglar a los talleres de mecánica de la unidad. El preso se escondió en el auto, entre el asiento y la chancha de gas. La guardia requisó el vehículo cuando salió pero no lo vio. No sé estaría necesitado de plata, tendría algún compromiso con el chabón, no sé.
-¿Lo detuvieron nuevamente?
-Lo agarraron de nuevo, sí. Porque el preso se escapa y ¿dónde va? Se va a su casa, porque no sabe a dónde carajo ir. Más si hace un par de años que está en cana. Éste que se escapó era un chabón viejo, tenía oficio, trabajaba en los talleres. Se quiso ir y lo encontraron. Y ahora está en otra unidad. Ésta es de máxima seguridad, pero a otra con más.
-¿Es de máxima seguridad, pero con una sábana podes escaparte?
-Claro. Pero no se escapó el chabón.
-¿Cuál pensás que es la solución para mejorar el sistema carcelario?
- No sé cuál es la solución. Porque también hay que respetar la seguridad de la gente de afuera. Tenés que cumplir las dos cosas y aparentemente no se puede.
-¿Cómo es la realidad en la Unidad?
-Ahí adentro ellos son presos. No se hacen llamar internos. Ellos mismos se llaman presos. A mí me parecía medio chocante decirles así. De vez en cuando son un número. Tengo que pasar una lista de 1500 y tienen que estar todos. Los tengo que ordenar, cada uno en su pabellón, cada uno en su celda. A ellos les choca la rutina de pasar lista, entonces renegás. Pero es necesario, los tengo que contar todos los días, a diferentes horarios. Hay presos que viven solos en una celda, si le pasa algo nadie se entera. Entonces pasamos a la 1 de la mañana, a las 4, todo el tiempo. Las cárceles están superpobladas, entonces vive más de uno en las celdas.
-¿Ellos pueden salir cuando quieren de sus celdas?
-Sí, pero quedan dentro del pabellón. En el pabellón viven 100 más o menos en aproximadamente 40 celdas.
-¿Qué diferencia hay entre “vigilante” y oficial?
-Yo soy oficial, el “vigilante” es mi subordinado. Hay pocos vigilantes, hay pocos de los dos. La función de tratamiento la puedo cumplir yo con el chabón que labura conmigo todos los días. Por ejemplo, yo estaba a cargo del pabellón de separación del área de convivencia, se llaman “buzones”, antes eran los “calabozos”. ¡No sabés lo que es eso! Son 21 celdas, 10 y 11 de cada lado. Y los chabones no salen para nada. Los saco al patio nada más. Ese pabellón me cuesta mucho. Necesito a alguien que labure ahí y selecciono a un chaboncito de mi confianza. Con ese chabón si por ahí puedo aplicar el tratamiento. Uno de 1500. Una relación fuerte, fuerte no se alcanza a establecer nunca. No pasa que el chabón salga en libertad y diga: mirá lo que me enseñó el oficial, no lo hago más. No se puede. Existe una rivalidad desde el momento que ellos se hacen la cabeza con que somos la policía que los llevó. Ahí cagaste, ya no te podés acercar. Siempre va a haber una mala mirada. Tengo que estar un paso adelante. Yo nunca puedo estar bien con el chabón, tengo que poner cara de ojete.
-¿Qué delitos predominan en la Unidad?
-La cárcel moderna está llena de chorrines. Toman como una identidad, un orgullo, son delincuentes. Por ahí te dicen: oficial, ¿me puede averiguar por mis informes de conducta? Porque yo quiero salir a robar de nuevo. El que salió de robarse un banco por ejemplo, no te va a ir a laburar de canchero. Es como que entran ellos en un juego de valores. El 90% es adicto. Entonces la recuperación va por parte de los psiquiatras primero, porque el chabón se tiene que desintoxicar.
-¿Cuál es tu opinión sobre la gestión de la Jefa del Servicio Penitenciario Bonaerense?
-No hay presencia de autoridades. No la conozco a la mina, no la vi ni por foto. No creo que sepa mucho porque no conoce esta realidad. Para ocupar ese cargo tiene que haber laburado, tiene que haber hecho una carrera adentro para saber lo que es y tomar decisiones sobre esto. La mina es una Fiscal, porque está intervenido el Servicio. Está intervenido desde el 2000 por las violaciones a los derechos humanos que hubo. Desde ese momento todos los Jefes del Servicio Penitenciario son civiles, fiscales. Yo digo que no sirve. Si se quiere controlar que sean de los dos. Tiene que haber un chabón que sepa la realidad porque la mina no conoce la cárcel. Por lo menos acá no vino nunca. No puede opinar de un preso de acá. No puede opinar de nada. La chabona debe saber administrar gente, pero no es suficiente. Al anterior lo conocí, él iba mucho a la escuela a caretearla. Como el Gobernador. También era civil.
"Entra alcohol a pleno (...) birra tomamos en todas las guardias."
-Se acercan las fiestas ¿cómo se viven dentro de la Unidad?
-Es lo mismo, estamos en cana. Yo pasé fiestas adentro. Es un bajón, ves los fuegos artificiales atrás de los muros. Te querés matar. Se junta todo el personal a la hora de comer y por ahí se hacen asados. Mucho escabio, entra alcohol a pleno. Compramos, lo dejamos en un auto y después entra. Igual entra en todas las guardias, porque hay todo tipo de adicciones. Birra tomamos en todas las guardias. Y acá no es nada, yo conozco compañeros que vienen de cárceles de Varela y es “carcelandia”. Esto lo que te cuento acá es poco. Imaginate un encargado de pabellón todo el día drogado y borracho. En todos lados hay de eso. Se emborrachan y se drogan porque el chabón está recontra recargado, no puede hacer la función que tiene que hacer.
Personal y población penitenciarios
-¿Cómo es la relación de ustedes con ellos?
-En ocasiones es buena, en otras no. Vos como oficial, si sabés que vas a ir a un choque o a llevarle una mala noticia al chabón, lo tenés que meter a su celda y cerrarla. Yo soy medio loquito, tengo un articule que me ayuda, la forma de hablar o haber andado por ahí. Tengo pegadas muchas palabras, que ya están en la calle. Con algunos chabones te tenés que comunicar así. Para que te entienda y poder solucionar un conflicto.
-¿A qué te referís con mala noticia?
-Cosas que pasan afuera. Por ejemplo, cuando la visita no puede pasar porque se olvidó el documento o cuando viene un menor sin la madre. Entonces nosotros tenemos que hacerle entender al chabón por qué no tuvo visitas. Te dicen: a nosotros no nos sacaron, sácame. Pero no lo podemos sacar, su visita no está en la Unidad. Ese choque ya sé que lo voy a tener. Entonces trato de que no vaya personal que haya discutido con él, no llevo un chabón que sea explosivo, porque hay que hablar con él, chamuyarlo. Yo tengo que lograr que el chabón crea en mi palabra y me tenga confianza. Después entonces me piden una mano para arreglar algún bondi. Algunos entienden, otros no entienden nada.
-¿Y con ese que no entiende nada, qué hacés?
-Lo que salga en el momento. Te puedo decir que voy con dos vigilantes que llevan escopetas, escudos, gas pimienta y al chabón no le va a pasar nada. No. Porque no sé con qué me va a salir. Capaz que me saca un fierro así de grande y yo me tengo que correr, ¡que se arranquen a los tiros! El preso termina todo lastimado. Pero vos tenés que usar la mínima fuerza indispensable. A veces sale bien, si somos dos o tres el chabón se va a meter adentro. Pero por ahí no y bueno, va a terminar mal.
-Entonces, se necesita más personal.
-Olvidate. El personal es poco. Tendría que ser el doble de lo que hay.
-¿Cuántos son?
-Nosotros somos 15 personas y la población es de 1500 presos. Terminas hecho mierda de caminar. Pero los terminás conociendo una banda. Además conozco a un montón de presos de otros lados.
-¿Los conocés de afuera?
-Sí, de acá del barrio. Me he visto con un par afuera. Entraron por choreo. Predomina el robo pero hay de todo.
-¿Cómo logran controlar a la población con tan poco personal?
-Con los “limpieza de pabellón” que son los presos de confianza, entrecomillas. Los elige el Jefe de Penal para que controle ese pabellón y le cuente todo. Entonces, esos chabones tienen todo. Los más piolas controlan el pabellón. Se controlan entre ellos. Los chabones saben que tienen el poder. Si yo le hago la guerra al chabón, me tira el pabellón en contra. Ellos se autocontrolan. El “limpieza” tiene celular para avisar al Jefe del Penal cuando se arma bondi. Ahí está la habilidad del Jefe del Penal o los Directores de encontrar el equilibrio para que no se pudra todo. Por ahí los negocios son necesarios. He escuchado de negocios con el Juez para que los informes de conducta salgan piola, pero no vi nada.
-¿Qué harías si un día se quiere armar un motín?
-Nos vemos en el corso (N del R: se desentiende de la situación). Nosotros ni salimos. Muy malo no fui, así que no me va a pasar nada. Y si quieren se van a la mierda. Si es un pabellón, arrancás a los tiros. Pero después cada tiro lo tenés que justificar.
Consumo de drogas
-¿Hay mucha droga dentro de la Unidad?
-Muchísima y mucho celular. Algunos presos tienen más fichas porque van al colegio o van a trabajar. Por ejemplo, hay chabones que están por violaciones u homicidios de la jermu que lo cagó. Es decir, chabones normales que hicieron algo mal y fue, pero sabe trabajar porque lo hizo en la calle. En cambio, los pibes chorros no trabajan ni estudian, solamente droga y celular y si van afuera es porque el chabón necesita levantar la conducta y que los informes de la unidad le salgan bien.
-¿Qué tipos de droga hay?
-De todo. Mucha pastilla. Está la Sanidad del penal, un hospital grande que atiende primeras urgencias y sino el chabón te deriva. Hay personas que son personajes. Por ejemplo, el “viejo Junco”. Junco Acevedo es el apellido. Y el chabón tiene 36 años y está en cana desde hace 22. Tiene HIV. Tomaba cocaína en la calle. Va todos los días a Sanidad con la intención de ver si se va para atrás la enfermedad. Y ahí están todas las pastillas a pleno, y las consigue como puede. Hay presos internados en Sanidad que pueden llegar a tener pastillas y se las venden o se las cambian por otra cosa. Puede que el enfermero sea corrupto, tenga un par de pastillas y se las venda. Por eso todos quieren salir. Las consiguen de muchas formas.
Fuga de presos
-¿Qué me podés decir acerca de la fuga de los presos del penal?
-Se quiso escapar uno. Como hay talleres, hay fierros y sierras por todos lados. Cualquier herramienta se
puede conseguir. El chabón rompió los barrotes de la ventana de la celda y salió por el techo. Desde el techo tenés que tirar una soga que se arma con 4 o 5 sábanas enrolladas y trenzadas con un gancho para que se enganche en el muro y saltar. Es la única que te queda, por arriba del muro. Este chabón falló en el intento, porque el muro tiene un alambre que es para que se caiga cuando tiran un gancho de este estilo. Y no te podés trepar, no te podés agarrar del cemento. Si lo hacen todos a la vez se van todos.
"Desde el techo tenés que tirar una soga que se arma con 4 o 5 sábanas enrolladas y trenzadas con un gancho para que se enganche en el muro y saltar."
-¿Y qué pasó con el que se quiso escapar?
-Y, eso de los golpes en parte es verdad y en parte no. Se hace si bardea con un compañero mío. Puede que lastimen a mi compañero cuando entra. ¡No, así no va, eso no va! Pero es por la calentura misma del momento, nada más. Y en ese caso tenés que ser pillo, porque si vos estás a cargo del chabón, lo tenés que separar en una leonera por ejemplo.
-¿Qué es una leonera?
-Es una reja que tenemos separada para que nadie lo toque. Lo tenemos observado. Porque si pasó algo en el pabellón va a venir factura del Servicio, van a venir del Gobierno, van a venir de todos lados. No me moriría tampoco por cagarlo a palos, si el chabón se quiso escapar. Además si vos buscas tu libertad, no se te agrava la pena, nada. Vos tenés el derecho de irte.
-¿Se fue alguno de acá?
-Me han contado que se fueron por arriba del techo. Desde que estoy yo se escapó uno. Los mismos presos al toque que se fue fueron a soplar la bolsa, empezaron a buchonear. Nosotros sino ¿sabés lo que tardaríamos en saber quién carajo es el que se fue? Se lo llevó un empleado que entró el auto a arreglar a los talleres de mecánica de la unidad. El preso se escondió en el auto, entre el asiento y la chancha de gas. La guardia requisó el vehículo cuando salió pero no lo vio. No sé estaría necesitado de plata, tendría algún compromiso con el chabón, no sé.
-¿Lo detuvieron nuevamente?
-Lo agarraron de nuevo, sí. Porque el preso se escapa y ¿dónde va? Se va a su casa, porque no sabe a dónde carajo ir. Más si hace un par de años que está en cana. Éste que se escapó era un chabón viejo, tenía oficio, trabajaba en los talleres. Se quiso ir y lo encontraron. Y ahora está en otra unidad. Ésta es de máxima seguridad, pero a otra con más.
-¿Es de máxima seguridad, pero con una sábana podes escaparte?
-Claro. Pero no se escapó el chabón.
-¿Cuál pensás que es la solución para mejorar el sistema carcelario?
- No sé cuál es la solución. Porque también hay que respetar la seguridad de la gente de afuera. Tenés que cumplir las dos cosas y aparentemente no se puede.
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