Por Federico Pujol
Susana “Pocha” Camiña fundó el Centro Integrador “Por un futuro mejor” en
82 entre 21 y 22. Lo pensó para que su hijo se sienta contenido y acompañado al
salir en libertad. Nunca imaginó que iba a ayudar a otras personas que estuvieron en la misma
situación y muchas más que día a día
asisten al centro.
La casa de
"Pocha" y el Centro Integrador por un Futuro Mejor son una misma
cosa, están apenas divididos por una abertura sin puerta. Desnivelada del resto
de la casa, está la sala de estudio con sus paredes pintadas de color rosa. En
esas paredes cuelgan mapas, cuadros y la biblioteca del centro que fue inaugurado
el 25 de mayo de 2005.
Entre el año 2000 hasta el 2005
en este lugar funcionó un comedor que albergaba a chicos del barrio y de
institutos de menores con buena conducta.
-Cortamos calles, pedimos
planes y mercadería, recuerda Pocha.
En otro sector de la casa
estaba el depósito del Movimiento Octubre repleto de fideos que después
repartía a otros comedores.
Pero Pocha no quiso poner un
cartel que diga “copa de leche” o “comedor”. Le recordaba a la política de
Menem y de Duhalde, esa época en la que sufrió tanto. Entonces pensó en crear
una fundación.
-Para armarla nos pidieron
12.000 pesos como base y era imposible conseguirlos.
A partir del 25 de mayo de ese
año inauguró el lugar bajo el nombre de “Centro Integrador por un Futuro
Mejor”. El centro es un rectángulo anexado a la casa de Pocha, las paredes sin
revocar son de color rosa. Se puede ver y sentir a la humedad ingresando a la
vivienda.
El suelo de este sector es
simplemente un cemento frio y húmedo. En el medio de esta habitación hay una
mesa de unos dos metros de largo con bancos y sillas. Por detrás, un pizarrón,
una biblioteca popular repleta de libros y cuatro computadoras.
-Esta biblioteca es toda nueva,
la anterior era viejita y la regale
toda.
Éste es el punto de encuentro
de todas las personas que concurren a recibir apoyo para terminar sus estudios
secundarios. Las clases de apoyo se dictan los
miércoles y viernes a la mañana y a la tarde. Aproximadamente 36 personas por
turno son las que asisten al centro. Dos docentes se encargan de cada banda
horaria. Entre ellas se encuentran las mujeres del Plan Ellas Hacen y el Plan
Fines Formal.
Todos los días del niño se
realiza una fiesta abierta con actividades recreativas y sorpresas.
Los lunes se realiza un taller
de radio para niños y los sábados uno de títeres. A partir del miércoles 23 de
octubre comenzó un taller de periodismo.
El patio está controlado por
Nerón, el Pitbull de Pocha.
-Hace no mucho, uno metió la
mano para abrir la puerta y casi se la arranca.
La casa por dentro está
custodiada por un cachorrito no mucho más grande que un mate. Afuera, vigilan
la entrada dos perros callejeros a los que Pocha adoptó. "Una vez metí al
negrito adentro y Nerón casi lo mata entonces lo tuve dejar en la puerta",
dice.
El centro sobrevive gracias a
la autogestión y las donaciones que recibe. Los gastos son muchos y se
acumulan, siempre se está a la espera de una donación que los ayude a pasar un
día más.
-Todo esto lo pensé para que cuando
mi hijo salga de la cárcel. Para que no se sienta solo, esté contenido y tenga
algo para hacer, pero llegaron muchos antes que él.
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